martes, 13 de mayo de 2008

Azul turquesa: Aventura en Capadocia

Día 3
Llegada a Capadocia


Llegamos a Capadocia como si tal cosa. Entre cabezada y cabezada en el autobús, el paisaje fue cambiando como la vida de los protagonistas de un telefilm barato de Antena3. Nada presagiaba lo que iba a suceder. En mitad de la gran meseta, nos vimos rodeados del decorado de "El planeta de los simios", por ejemplo.

Primera toma de contacto: Una ciudad subterránea, excavada hasta 4 niveles por debajo del suelo, con angostos y complicados túneles y galerias que formaban un escondite o una tumba en vida, según cómo se mire, para los primeros cristianos que se guardaban de sus perseguidores.

Después de comer, fuimos a ejercer de turistas, que es lo que éramos. Parada obligatoria en todos los puntos calientes de la zona: El camello, los palomares, las chimeneas, el otro camello (el de verdad), el hotel con mejores vistas de Capadocia... y la primera toma de contacto, también, con nuestros compañeros de viaje. Ahí empecé a darme cuenta del filón que había en el bus: Marta y Diego, Ana y Antonio, Juan Carlos, Reme, Carmen y, por supuesto, Armando.


Este ha sido el paisaje que más me ha gustado de Capadocia. Parece que en cualquier momento, por detrás de la colina, va a aparecer Gandalf el Gris buscando a Frodo para darle una sorpresa a su viejo amigo Bilbo por su 100 cumpleaños :)

Después volvimos al hotel, nos pusimos muy monas la MaryVero y la MariMara (bueno, Vero siempre está mona) y nos llevaron a cenar fuera. Bieeeeeen !! En una especie de cueva destinada a entretener a los turistas y hacerles pasar una noche típicamente Capadociana (ja!), nos dieron de cenar cordero y la madre del cordero y fuimos testigos de la comunión entre los bailes cosacos y la danza del vientre y de lo bien que sabe mover el culillo Juan Carlos :P

Fue la ocasión de conocer a Marys y a Manu y de constatar que los españoles somos unos cortados y que los guiris siempre son guiris, incluso cuando tú eres un guiri too. Es que no se cortan un pelo... ¡fuera complejos! La noche fue muy, muy, muy diveritda. Me dormí con el gustito en la boca a todo lo que estaba aún por llegar. Mmmmmmmm......

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