sábado, 28 de abril de 2012

Canción de Hielo y Fuego


Cosas que podría haber estado haciendo durante la baja en vez de perder el tiempo miserablemente:
- Aprender a hacer punto de cruz
- Repasar los apuntes de la carrera
- Repasar los apuntes de Alemán
- Escribir un relato corto
- Cocinar
- Aprenderme las letras de todas las canciones que me gustan y no me sé
- Verme todos los clásicos del cine que cualquier gafapasta que se precie debería haber visto
- Aprender a usar (y dominar) mi cámara de fotos
- Hacer esas fotos artísticas de Madrid que siempre quise hacer
- Ordenar mi antigua habitación
- Responder a los emails del curro (juasssss)
- Escribir emails a toda esa gente con la que he perdido el contacto pero que significaron tanto para mí que siempre los llevaré cerquita del corazón (qué bonito, eh?)
- Descubrir un montón de grupos de música súper molones

Cosas que he estado haciendo durante la baja en vez de hacer todo lo que pone ahí arriba:
- Comer (habéis visto a alguien que engorde estando de baja? Se supone que estás malo e inapetente, joder!!)
- Dormir (no muy bien, eso sí; sueños muy intensos, muy reales, muy hijos de puta)
- Ver la tele (Érase una vez, Revenge, Casi Humanos, Big Bang, Dos hombres y medio, Suits, Homeland, Juego de Tronos, Dexter, Hora de Aventuras, Saber y Ganar... Seguro que me dejo algo!)
- Leer:
"- Aegon -le dijo el hombre del trono a una mujer que amamantaba a un recién nacido en una gran cama de madera-. ¿Qué mejor nombre para un rey?
- ¿Compondrás una canción para él? -preguntó la mujer.
- Ya tiene una canción -replicó el hombre-. Es el príncipe que nos fue prometido; suya es la canción de hielo y fuego.- (...)".
- Twittear (https://twitter.com/#!/petitemara)
- Y, por fin, darle vueltas al coco. Sobre todo estas dos últimas semanas. O esta última semana, más bien. Aunque, sinceramente, creo que es culpa del tiempo, que es un poco mierda. Llueve, hace frío, no dan ganas de salir y así no hay manera...

Mi estado de ánimo actual es "hasta la polla". Así, con todas las letras. Las heridas están casi cerradas, se supone que esto está en las últimas, pero yo no noto mejoría. Me duele, estoy incómoda, sigue hinchado, duro, entumecido, feo... ¿Es que no voy a volver a estar bien nunca o qué? Han pasado 3 meses. Exactos!! Hoy es 28, ¿verdad? 3 meses exactos y la zona cero sigue siendo un desastre. A todo esto hay que sumarle que me tienen que operar otra vez para quitarme la cicatriz, una bolsita que se ma quedado por ahí y no sé qué más que el cirujano quiere que desaparezca. Así pues, esto es "engordar para morir", es decir, toda esta mejoría que he conseguido acumular durante los 2 últimos meses desde que salí del hospital se va a ir un poco a la mierda en cuanto me vuelvan a meter otra vez en el quirófano.... No mola nada.

Y además, Ramón. Un accidente de moto y hasta luego. Se acabaron las caricias y los sueños. ¿Cómo se puede vivir después de haber perdido al amor de tu vida? No soy capaz de imaginarlo. Recuerdo cuando estaba enamorada y me angustiaba la sola idea de perderle. Lloraba al imaginar que le pudiera pasar algo pero estaba todo en mi cabeza. Ahora Ramón lo está viviendo de verdad y no sé cómo es capaz de levantarse por las mañanas o de descolgar el teléfono. Y yo quejándome porque tengo demasiado tiempo libre, ¿sabes? Qué fuerte...

Mi amiga Mónica, sin emgargo, está embarazada. Esto me ha hecho darle vueltas al hecho de cómo debe ser tener que esperar 9 meses para conseguir algo en medio de esta sociedad del "ahora mismo", en la época del "ya". ¿Quieres un iPad? Vas y te lo compras. A plazos, pero te lo compras. Ya. Ahora mismo. Hoy. Vamos a la Fnac. ¿Ahorrar unos cuantos meses para comprártelo? Estás loca. Lo quiero ya! ¿Un coche? Claro que sí. ¿O una moto? Sí, mejor una moto. ¿Ese chico? Me encanta, le quiero, pero le quiero ya. Tenerle dentro de unos meses no me serviría de nada. He visto un vestido precioso en H&M. No puede esperar a mañana ni de coña! Se lo van a llevar. Me voy a quedar sin mi talla y me voy a cabrear. Tiene que ser mío ya! Cómo se te tiene que quedar el cuerpo cuando te dicen "no, bonita, hasta dentro de 9 meses nada". ¿Y Ramón? ¿Cómo se te queda el cuerpo cuando el mundo se para a tus pies y ya nada tiene sentido? Todo a lo que nos agarramos desaparece envuelto en sangre y cristales rotos. ¿Cómo constuir un mundo de nuevo cuando solo hay tristeza y desolación?

Supongo que la respuesta está en dejar pasar el tiempo y ahí quería yo llegar otra vez, al tiempo. Nuestra percepción del tiempo es lo que marca el ritmo de nuestras vidas. Si pensamos que el tiempo pasa rápido es que estamos siempre activos y haciendo cosas, demasiado ajetreo como para fijarse en los pequeños detalles. Si creemos que el tiempo pasa despacio es que estamos desocupados o ansiosos por que algo ocurra. Si nuestra opinión sobre el transcurso del tiempo no nos preocupa lo más mínimo es que la vida nos ha puesto en una situación fuera de lo común, estamos fuera del circuito habitual. No sé qué es peor, la verdad.

Solo sé que llueve y que las gotas pegan fuerte contra el tejadillo de metal que protege las ventanas del salón de la casa de mis padres. Es un sonido que echaba de menos. En mi casa, donde vivo cuando no estoy mala, la lluvia no suena en absoluto, casi pasa desapercibida. Sin embargo, aquí es ruidosa y extravagante, nada sutil, nada sencilla. Es como si quisiera que el vecindario entero se enterara de que existe, de que está lloviendo. Tiene afán de protagonismo y no me parece mal, la verdad. Me hace compañía.

Entre la lluvia, los recientes acontecimientos, el panorama socio-económico nacional-mundial y la eliminación del Real Madrid de la Champions, al final los Stark van a tener razón... Parece que SE ACERCA EL INVIERNO. Habrá que ponerse a cubierto...

miércoles, 11 de abril de 2012

¿Por dónde iba?

 
Ah, sí! La comida del hospital... Puf! En realidad no estaba del todo mala pero daba igual, me metían tanto veneno en vena que solo con olerla se me revolvía el cuerpo entero. Estuve unos cuantos días alimentándome a base de bocadillos de jamón ibérico y de pollo trufado, de palmeras de chocolate y colacao... Pero la algría dura poco en casa del pobre y el médico me "recetó" dos batidos de anoréxica al día, es decir, dos botellas de cemento armado con sabor a vainilla. Proteína pura, se suponía... Y una mierda pa ellos!! Hidratos de carbono, grasas, proteínas, vitaminas... De todo! De hecho, con 4 batidos de esos al día, ya no hace falta comer nada más. Qué práctico, verdad!?

Han pasado dos meses y medio desde que me ingresaron. Es decir, llevo un mes de hospital y un mes y medio en casa de mis padres, y es ahora cuando empiezo a ver la luz al final del túnel. Hasta ahora ni si quiera me lo había planteado (que esto se fuera a acabar, que tuviera un final, que existiera "algo más") pero estos días me empiezo a dar cuenta de que dentro de poco, en unas cuantas semanas (2? 4?), todo volverá a ser como antes. Durante estos dos meses y medio mi vida "anterior" me parecía difusa e irreal. Solo existía el hospital; incluso cuando ya estaba en casa de mis padres e iba a mi casa para regar las plantas o coger algo, me parecía ficticio que yo pudiera vivir allí sola y tener una vida independiente al margen de mis padres y de los médicos y las enfermeras y los quirófanos. Sin embargo, ahora comienzo a ansiar recuperar esa vida y cuando voy a mi apartamento tengo la sensación de que estoy "en casa" y de que todo ha sido un sueño y que no tengo que volver a casa de mis padres porque ya estoy donde tengo que estar, en el sitio al que pertenezco. Va a ser bonito volver a mi piso ahora que el frío ya pasó y que las tardes son cálidas y agradables, largas. Sentarme en el sofá cuando llegue de trabajar y abrir las ventanas de par en par para que la Primavera lo llene todo con su olor a azúcar tostado y a césped recién cortado, poner un disco y dejar que el tiempo pase sin agobios, sin prisa. Que llegue San Isidro con sus tormentas y el mes de junio con sus piscinas. Y el julio de festivales. Y el agosto de los viajes. Y el septiembre de los anhelos...

Recuerdo la primera vez que estuve una "temporadita" en el hospital. Cuando por fin salí, había cambiado mucho. Había madurado, aunque suene estúpido y redicho. Noté un cambio a nivel personal bastante profundo y a partir de entonces empecé a manejar "la vida" desde otro punto de vista. En cierta manera, y aún a riesgo de caer en tópicos, aprendí a darle a cada cosa su justa importancia, a no hacer una montaña de un grano de arena, a relativizar los "problemas" del día a día, si es que se puede decir que alguien como yo pudiera tener algún problema "de verdad". Esto me sirvió para, en cierto modo, ser más feliz que antes. Me hizo más fuerte y me valió de apoyo para seguir adelante en muchas situaciones que antes me habrían supuesto un problemón. Si aún ahora puedo parecer la reina del melodrama, imagínense antes, queridos. La dama de las camelias, a mi lado, era Heidi. Ahora me pregunto si esto que me está pasando me afectará de igual manera y me convertirá en "otra persona" de aquí en adelante. Solo espero que dicho cambio sea a mejor, claro : )

Esta mañana, mientras desayunaba, han puesto esta canción en la radio.

 

Yo no soy creyente, ya lo sabéis los que me conocéis. No creo en Dios ni en el amor. Es así, lo digo alto y claro, pero creo en la bioquímica y en el poder de las cosas pequeñas. Como esta canción, que consigue ponerme los pelos de punta una y mil veces. Cantarla a solas como si fuera una oración es toda la mística que necesito. Os dejo con el rumor de lo sagrado, en el sentido menos religioso de la palabra.