martes, 8 de junio de 2010

Tarde de lluvia en Madrid


Hacía tanto tiempo que no llovía en Madrid que se me ha olvidado lo que se hace cuando llueve... Para empezar la aclimatación, y nunca mejor dicho, he puesto un poquito de jazz, de jazz del bueno. Luego he estado pensando... ¿Qué tengo por hacer? Tareas domésticas pendientes, de esas para las que nunca encuentras el momento y lo vas dejando y lo vas dejando... ¿Planchar? Venga, hombre, ¡ni de coña! ¿Hacer un backup de las fotos y la música por si algún día me peta el ordenador? Buah, qué rollo. ¿¡Cocinar!? ¡Los domingos por la tarde son mis días de cocinar! Así que, entre buenas intenciones y pereza, me he puesto a pensar en lo nuestro.

Bueno, en lo que fue lo nuestro. Ahora ya no sé ni lo que es...

La lluvia cae cada vez más fuerte, el cielo se oscurece, huele a mojado. Me encanta el ruido de las gotas caer contra los tejados.

No tengo muy claro lo que siento pero ah, ¡noticia! Siento algo!! Eso es lo mejor que me has dejado aunque tú ni si quiera lo sabes. Tras tu desaparición todo estaba claro: perplejidad, asombro y la sensación de haberme librado de una buena. Ahora, desde que has vuelto, el estómago se me estremece con cada mensaje tuyo. Eso es lo que me desconcierta.

No estoy triste. Salgo, entro, subo y bajo sin problemas. Me acuerdo de ti, sí, pero sin melancolía, sin esa nube gris encima que tanto me quiere y tanto me sigue a todas partes. Esta vez no, esta vez brilla el sol. Me río, me divierto, no paro de hacer cosas. Es más, me da vértigo quedarme parada, no vaya a ser que tenga tiempo de analizar todo esto y salga un resultado que no me gusta.

Creo que lo llaman "Huir hacia delante". Bueno, no me parece mal. Lo único que no termina de convencerme es lo de "Huir", siempre huir. Siempre estoy huyendo. Ese es mi estilo. En vez de verte y enfrentarme a ti, a lo que pueda sentir, a lo que me tienes que decir, lo dejo correr. Dejo el tiempo pasar a ver si en una de estas idas y venidas se me aparece la virgen y me ilumina o se me aparece algún tío interesante con el que pasar una noche divertida y tierna y que se me quiten todas estas tonterías. Sí, definitivamente la opción b me seduce más.

Así pues, me pregunto si te echo de menos a ti o echo de menos la sensación de estar con alguien. Siendo sincera, creo que hay más de lo segundo que de lo primero. Por eso sigo dejando el tiempo pasar.

La semana pasada hice un sondeo. Le conté mis miedos a Verónica y a Elena y las opiniones no pudieron ser más dispares. Vero, que me conoce desde que empecé a ser una personita autosuficiente, me dijo que tenía que verte y aclarar la situación. "Ya estás huyendo otra vez", me dijo. Me tiene calada. "Habla con él. Hasta que no te enfrentes cara a cara no vas a saber lo que sientes". "Pero es que me da miedo!" En fin, lo de siempre... Sin embargo Elena me dio una visión que no se me había ni pasado por la cabeza. "Pues me parece estupendo, es una posición súper madura". Toma ya! Jajajajaja!! "Si no te sientes preparada, espera hasta que lo estés. Una quinceañera se lanzaría al vacío sin saber si hay red. Me parece mucho más maduro esperar".

Por eso no me quiero parar. Llevo muchos fines de semana con mil cosas que hacer y entre semana tengo tanto trabajo y tantos viajes que no tengo tiempo ni de rascarme la nariz. Ahora que parece que la cosa se calma, tengo miedo de empezar a echarte de menos. Eso ya sería el colmo.

Resultado: hiperactividad, por favor. Festivales, viajes, cumpleaños, bodas, bautizos y comuniones. Todo vale. Lo que sea con tal de no pensar en ti. Y cruzar mucho los deditos para que en una de estas se me cruce otro que me haga olvidarte de una vez por todas. Entonces te llamaré para tomar unas cañas, te lo prometo.

Resumen en imágenes

Ufffffff! Cuánto tiempo ha pasado sin decir ni mú...

Ha habido noches inolvidables...

Viajes interminables...

Momentos que pasarán a la historia...

Y casualidades de las buenas...

Está siendo un año guay...