sábado, 24 de mayo de 2008

Azul turquesa de oído

Esto es lo que pasa cuando estás en un país islámico. Bueno, para ser más exactos, es lo que ocurre 5 veces al día cuando estás en un país islámico: antes del amanecer, a mediodía, por la tarde, tras la puesta de sol y por la noche.

Durante el día, tiene su magia. La gente vive su vida, compra, vende, se ama, respira, piensa, habla, ríe, toma té y, de repente, todo tiene banda sonora. Un canto que huele a ancestral y misterioso. La mayoría no se da cuenta, siguen con sus vidas (se habrán acostumbrado sus oídos y han dejado de oirlo?), nadie remarca que hay un sonido de fondo que todo lo envuelve... A mí me paralizó, no tuve más remedio que parame en mitad de la calle para poder abrir bien las orejas y los ojos. Así pude notar cómo mi cerebro hacía la mezcla milagrosa entre el viejo rezo del almuecín y los pantalones de pitillo y los flequillos, entre los politonos y los velos...

A las 4h45 de la mañana ya no era tan romántico...

Esta imagen y el sonido dolby surround fueron captados desde la habitación del hotel de Konya y corresponden al rezo de después de ponerse el sol. En una palabra: Imponente.

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